Hoy os queremos descubrir una floristería en Barcelona.
Jordi Ferran Melich es el alma pater de las Ferran Florista y el responsable de todos los arreglos florales de nuestros hoteles en Barcelona. Con dos puntos de venta, uno en Barcelona y otro en Gelida, cerca de Sant Sadurní d’Anoia, descubrimos lo que esconde en su trastienda de la calle Valencia entre Paseo de Gracia y Pau Claris.
Podríamos decir que Ferran es uno de los mejores floristas de este país, que ha ganado muchos premios, que ha preparado bodas de futbolistas, que ha colaborado con Casas Reales europeas y que ha trabajado con los mejores, aunque él se sonroja cuando le sacamos el tema. Es mejor que te conozcan por lo que haces, no por quién eres.
Así que seguimos indagando qué esconde Ferran detrás de ese mostrador. Y nos encontramos a un hombre discreto, humilde ante todo, que se define así mismo como un apasionado de su trabajo. Con más de 20 años de experiencia en el sector disfruta con su trabajo y está siempre en busca de nuevos retos. Descubrimos a un gran artista, con una creatividad inconmensurable, con un espíritu de aprendizaje envidiable que sin duda ha llegado donde está por su talento y tenacidad.
A lo contrario de lo que se puede pensar, Ferran no es hijo de florista. Su creatividad se despertó desde muy pequeñito y pudo llegar a ser pintor, pero encontró en este sector una manera de canalizar su imaginación y sobre todo una manera de expresar incomparable.
Con una clientela de lo más variada, dónde destacan hoteles, restaurantes, tiendas, además de interioristas y diseñadores, nos confiesa que con lo que se lo pasa mejor es con el cliente particular. Lo que le apasiona es crear la pieza perfecta para cada persona. Asesorar y encontrar el ramo para cada ocasión, el bouquet ideal para una boda, el conjunto que llegue a expresar lo que uno quiere decir sin palabras.
Cuando le preguntamos sobre tendencias en el mundo de las novias el mensaje está claro: las propuestas son personalizadas según el vestido y el tipo de boda. No hay nada estipulado. Lo mejor es acercarse a la tienda. Hablar con la novia y llegar a entender qué tipo de persona es. ¡Hay vida más allá de la peonía!
En constante aprendizaje y después de muchos viajes a Alemania, Noruega y Holanda, Ferran entiende y adopta una manera de trabajar que para él es fundamental: Un florista es como un pastelero, trabaja con unos ingredientes que después toman una forma determinada. No se trata sólo de compra venta.