Un paseo por el parque de El Capricho

Un paseo por el parque de El Capricho

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Ubicado en la Alameda de Osuna, El Capricho es más que un parque al uso. Debemos hablar mejor de un jardín artístico, cuyo origen se remonta a finales del siglo XVIII (1784), cuando los Duques de Osuna decidieron construir una residencia en las entonces afueras de la ciudad.

El Capricho, concretamente, se diseñó por petición de la duquesa doña María Josefa de la Soledad Alonso Pimentel. Protectora de artistas, toreros e intelectuales, demandó crear un auténtico paraíso natural que pudieran frecuentar las personalidades más ilustres de la época.

Su anhelo se materializó en un espacio de 14 hectáreas que por desgracia, tras la muerte de la duquesa, quedó totalmente en el olvido. Muchos años después, en 1974, el Ayuntamiento de Madrid decidió restaurarlo por completo, reabriéndolo finalmente en 1999. Su valor ahora es impagable: conserva el palacio que pertenecía a los nobles, además de templetes, ermitas y fuentes; y añade, por supuesto, una importante riqueza botánica y artística que lo hacen único.

El recorrido por el parque se inicia en el jardín de estilo francés, que se extiende delante de la fachada oeste del palacio. En esta primera zona ajardinada, de estilo neoclásico y de claras formas geométricas, podrán conocer el significado de las Columnas de los Duelistas, pasar por la plaza de los Emperadores y observar la famosa Exedra. Además, también podrán adentrarse en el hermoso laberinto, hecho de laurel y concebido para el juego amoroso y los escondites. A continuación, en la parte baja, se encuentra el jardín de estilo italiano, el espacio más antiguo de toda la finca. Mezcla los setos con árboles cuya sombra es ideal para resguardarse del sol veraniego. Por último, el resto del parque está concebido como un típico jardín paisajista inglés, evocando la naturaleza en su estado puro e invitando al paseante a detenerse en los alrededores del estanque, el Templete del Abejero o la Casa de Cañas, antiguo embarcadero de falúas situado junto a un curioso puente de hierro.